domingo, 27 de noviembre de 2011

Pasión por el Mar ¡¡¡



Segundo Muelle es el sueño hecho realidad de Daniel Manrique, donde explora su memoria gustativa que lo remonta a la playa de San Bartolo, donde montado sobre una tabla hawaiana y zambullido en la bravura del mar, ataba en la cámara de un camión, una red artesanal y con sus amigos, extraía lo mejor de nuestro litoral, ahí donde los pescadores no llegaban por temor a los bríos del Pacífico, ahí estaba el a sus escasos 16 años retando a la naturaleza. Las chitas y cojinovas que obtenían, se vendían a buen precio, otro tanto servía para dar rienda suelta a sus habilidades culinarias, las cuales eran innatas; este preparaba ceviches, sudados, pescados fritos o al horno, que compartía con sus compañeros de aventuras. A sus 28 años emprendió en sociedad un modesto negocio de ceviches en el Ovalo Quiñones, con tan solo cuatro mesas y una barra, tenía ya predestinado nuevos retos; se aventuró al negocio propio y nació Segundo Muelle como el corolario del sueño hecho realidad, empezó su propio restaurante fungiendo de Cocinero, Anfitrión, Mozo y Proveedor; la sazón la heredó de su madre y tías, es sin dudarlo un Autodidacta de Polendas.
La carta de Segundo Muelle tiene como característica la fusión oriental, producto de la influencia paternal, que lo incitaba a degustar en su niñez, comida de un chifa ubicado en las inmediaciones de la Residencial San Felipe. Hoy por hoy, la carta es mucho mas amplia y exquisita que en sus inicios. Tiene también propuestas con estilo japonés y sobre todo un común denominador “Sazón Peruana”; la explosión de sensaciones, sabores y sentimientos es característica de cada una de sus especialidades. Su filosofía de trabajo es: “Cuando alguien hace algo con pasión, nada es imposible”.
Para dar inicio y rienda suelta a nuestras pasiones gastronómicas, no debemos perdernos la selección de shots de “Leche de Tigre”, este mix nos invita a degustar pequeñas raciones de “Leche de Pantera”, “Leche de Tigre al Natural”, Leche de Tigre al Ají Amarillo y “Leche de Tigre al Rocoto”, acompañados con canchita y chifles.
Resulta imperdible el “Ceviche Carretillero” el cual está preparado en base de pescado y mariscos propios de la estación (respetando las vedas), acompañado de camote morado, cancha, chifles y calamares crocantes, servido en plato hondo y muy jugoso por lo que es recomendable cucharear hasta la última gota.
Es inadmisible para un paladar sofisticado no probar el “Tiradito Nikkei de Atún”, este es presentado en finas láminas y bañado con un aliño oriental en base a limón, ají limo y culantro, simplemente “Espectacular”.
Un final de fiesta constituyen los dulces que son la delicia de grandes y chicos. Los postres de antaño son un deleite para el paladar: Ranfañote, Arroz con Leche, Mazamorra Morada y Arroz Zambito, son presentados como “Broche de Oro” ante una magna mesa, digna de los mejores paladares.
Como el paladar es indistinto y exigente, la carta de Segundo Muelle está plagada de novedades: Causas en sus distintas presentaciones, Risotto con Lomo Saltado, Tacu Tacu Norteño con Seco de Langostinos, Chicharrón de Chita, Tacu Tacu con Picante de Mariscos y un largo etcétera. No queda mas, sino visitar sus instalaciones en donde la atención se caracteriza por su calidez y eficiencia, en un ambiente informal, con una decoración propia del contexto de este magnifico restaurante.
Siempre es recomendable un aperitivo para incitar al paladar y dejar fluir la conversación, no debemos dejar pasar la oportunidad de maridar con nuestro afamado Pisco Sour la selección de platillos que saciará el alma, el estomago y el corazón. Buen Provecho ¡¡¡

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