domingo, 12 de febrero de 2012

Tres Tristes Tigres

La felicidad está en torno a una mesa, somos obsesivos cuando de comer se trata; es sinónimo de orgullo nacional, en nuestra variopinta gastronomía, el pecado de la gula no lo es tanto, cuando compartimos un delicioso Arroz con Pato acompañado de Papa a La Huancaína. Solemos hacer combinaciones de las más extravagantes e impensables… Ceviche con Arroz, Frejoles con Seco y Cau Cau o el emblemático Siete Colores.
Antiguamente se comía en los cumpleaños, claro esta, eran otras épocas, hoy la costumbre esta regresando de a pocos; sobrevaloramos nuestro Lomo Saltado y lo autocalificamos como el mejor, sin embargo para conseguir uno realmente bueno, hace falta un muy buen fogón, brindamos con el mejor Pisco Sour, sin embargo no nos tomamos la molestia de preparar nuestro propio Jarabe de Goma, muchas veces por cosas de la practicidad cotidiana servimos en vajilla descartable… todo sabe mejor, si es servido con el menaje adecuado, copas de vidrio y en el mejor de los casos de cristal, platos de loza y cubiertos de acero, en la comodidad de una mesa y con la muy útil servilleta de tela. Vestir de mantel largo la mesa, no parece importar mucho hoy en día, sin embargo, alimentar es un gran acto de amor y debemos tomar en cuenta aquello, antes de invitar a una comida con la consabida tertulia ¡¡¡
Pensamos en comida, soñamos con comida, relacionamos nuestro cotidiano vivir con comida:
¿Cual es tu Cau Cau?
¡No te me pongas Salsa!
“Naranja Huando”
Que Palta, Causa ¡¡¡
Eso te pasa por Camarón…
“No seas Anticucho”
Sin embargo, a pesar de reconocerles el talento de nuestros cocineros, añadimos harto Ají a la mayoría de los platos, sin siquiera haberlos probado, como diciendo: “a esto le falta algo”, hiriendo sin querer la susceptibilidad de quien se esforzó con sus mejores artes y con su gusto y sazón.
¿Es realmente necesario el uso del ají?
¿Es realmente necesario, exacerbar nuestro sentido gustativo, para que un plato sea realmente bueno?
¿Es posible saborear y disfrutar sin el consabido picor?
CRISTOBAL RODRIGUEZ

lunes, 6 de febrero de 2012

Iván Thays vs. Gastón Acurio

Discutir con un cocinero es arriesgarse al filo de sus cuchillos, por suerte Gastón Acurio mantiene aún latente su vena como Embajador de la Gastronomía Peruana (lo que le permite ser mesurado en sus comentarios con relación a las declaraciones del escritor Iván Thays); su compromiso con el Perú no lo obnubila, muy por el contrario, desarrolla con ahínco programas de desarrollo social como la escuela de cocina en Pachacútec (zona urbano marginal de la capital peruana). Sin embargo valgan verdades:
¿Quién elevó a nivel de culto la cocina peruana?
Nosotros mismos, los peruanos que somos por antonomasia triunfalistas y excelsos de humildad. Nos adornamos con sombrero ajeno, cuando se trata de emular éxitos de otras épocas u otras latitudes. La cocina francesa no va mas allá de sus salsas, sin embargo tenemos la mejor salsa del mundo, la huancaína; la cocina italiana no va mas allá de sus pastas, sin embargo tenemos el mejor tallarín saltado; la cocina japonesa no va mas allá de sus sushis, sin embargo tenemos el mejor ceviche y la lista podría ser mas larga; la cocina es integración, cocinar es un gran acto de amor, solo alimentamos a quienes de verdad queremos, a quienes de verdad amamos… nuestras madres son el perfecto ejemplo en los primeros meses de vida, la posta es tomada por el cabeza de familia que se relega de las labores en el fogón para proveer el sustento diario.
Soñar con un mundo mejor, bien condimentado, donde el hambre no existe parece que ciega a algunos, sin embargo:
¿Dónde queda la tolerancia?
Decir que nuestra comida es muy condimentada, decir que causa indigestión, no hace más sino que, alertarnos sobre lo que nos negamos a ver, no pretendamos ocultar el sol con un dedo: Una buena salsa huancaína, no lo sería, si descuidáramos la salubridad y la línea de frío en la refrigeración del queso. Se dice que nuestro tallarín saltado no tiene parangón, sin embargo la calidad de la harina con la que se prepara deja mucho que desear a comparación de su par italiano. Se dice que un ceviche no es ceviche si no pica o tiene poco ají, los miles de turistas que lo prueban, lo prefieren ligeramente perfumado; tenemos un amplio crisol culinario, producto de la integración, del mestizaje, del aporte de las distintas culturas. Hace muchos años salvamos al mundo de la hambruna con nuestra papa, hace muchos años en Lima, se comía a la usanza de Francia, los tiempos cambian, las personas cambian, la gastronomía cambia.
Quizá no sea un “Don Nadie” como el escritor Iván Thays, quizá simplemente sea un nadie, pues el Don está destinado para aquellos señores de alcurnia que requieren ese adjetivo para infundir respeto, considero que mi opinión tiene tanto valor como la de cualquier comensal que, expedito a deleitarse con nuevos sabores busca y a veces encuentra.
Ningunear, no es la forma mas apropiada o correcta de responder a una crítica o un comentario; sino, quienes somos los electores que nos equivocamos al elegir por consenso a nuestras autoridades, la educación es la base de toda sociedad, sin ello no tendremos la capacidad para escuchar las ideas contrarias a nuestros principios.
Ningunear, no es la forma mas apropiada o correcta para calificar a una persona; sino, quienes somos los comensales para elegir tal o cual restaurante, en el momento de acudir para una celebración o simplemente compartir en familia la propuesta gastronómica de determinado restaurante.
Los invito a probar un buen plato de Chanfainita, la cual tiene sus orígenes en la alimentación de esclavos afro descendientes, que preparaban con el bofe sobrante de las reses que sus patrones consumían en un ritual pantagruélico. No solo de papa vive el hombre, por eso que se fusiona, se re-inventa, se hace magia: unas veces para mitigar el hambre y otras veces para alimentarse. ¿La cocina peruana esta en camino a convertirse en una suerte de “Solo Para Sibaritas”, donde el más humilde solo sabe de entrañas y vísceras…?
¿Qué es entonces el Rachi, el Choncholí o el Anticucho?
¿Acaso son menudillos elevados al nivel de manjares?
No hay por que rasgarse las vestiduras, hay que ser condescendientes, saber oír no es lo mismo que saber escuchar… escuchar es poner atención, analizar, reflexionar; lo otro no merece mayor comentario. Iván Thays puso sobre el tapete algo que a pesar de ser molesto, no esta falto de verdad; nos da un motivo para la reflexión:
¿Es la comida peruana, la mejor del mundo?
¿Es la comida peruana un elemento integrador?
Queda como tarea la respuesta…
Cristóbal Rodríguez

domingo, 5 de febrero de 2012

Champús de Leche

CHAMPÚS DE LECHE
1         litro de leche fresca
250     gr. de mote blanco
2         rajas de canela
4         clavos de olor
½        tz.de azúcar
¾        tz. de harina de arroz
1 ½     tzs. de leche evaporada
1         cdta. de esencia de vainilla
1         cda. de canela molida
En una olla de fondo grueso y a fuego medio, hacer hervir la leche fresca con el mote, la canela y el clavo de olor, vigilando que no se rebalse la olla producto del calor. De preferencia la olla debe ser alta. Agregue el azúcar y remueva hasta disolver. Eche, en forma de hilo, la harina de arroz disuelta en media taza de agua hasta que espese. Cocine durante cinco minutos hasta que rompa el hervor. Vierta la leche evaporada y la vainilla. Mezcle en forma envolvente durante 10 minutos. Retire del fuego y sirva. Decore con canela en polvo.
Dulces Rosita
Jr. Grau / Convento Pachacamac (esquina de Plaza de Armas de Pachacamac)
Pachacamac

lunes, 30 de enero de 2012

Ganadora Mistura 2011 - Doña Nora


Chanfainita
¾ taza de aceite
2 cucharadas de achiote
500 gramos de bofe de res
5 ramas de hierbabuena
4 ramas de orégano fresco
1 cebolla picada
1 cucharadita de ajo molido
2 kilos de papa blanca sancochadas, en cubos pequeños
1 taza de caldo de carne
1 cucharada de maní molido
250 gramos de maíz mote sancochado
1 pizca de sal
Calienta media taza de aceite en una olla a fuego medio y fría el achiote durante dos minutos. Retire del fuego. Cuele y reserve el aceite de achiote.
Aparte, cocine el bofe en una olla a fuego medio con cuatro litros de agua, cuatro ramas de hierbabuena y el orégano durante tres horas aproximadamente, hasta que el bofe esté muy suave.
Lave el bofe, enjuáguelo y píquelo. Reserve
En una olla, caliente el aceite restante y fría la cebolla y el ajo durante tres minutos. Eche las hojas picadas de la hierbabuena restante y dore durante dos minutos. Agregue seis cucharadas del aceite de achiote y un litro de agua. Sazone con sal y cocine hasta que hierva. Incorpore el bofe, las papas, el caldo y el maní. Remueva y deje hervir durante die minutos. Retire del fuego.
Sirva la chanfainita acompañada del maíz mote.
Recomendaciones: Para preparar el maíz mote, sancóchelo en una olla cubierto de agua. Déjelo hervir durante diez minutos. Cuele y remoje durante la noche otra vez. Al día siguiente, cocínelo nuevamente en una olla con un litro de agua por diez minutos. Cuele y sirva.
Doña Nora – Ganadora mejor chanfainita mistura 2011
Jirón Pastaza 850 - Breña
Mercado Nosiglia – Puesto 11 (a una cuadra del Colegio Mariano Melgar).
crítica Gastronómica
La Chanfainita, es un emblemático plato que en el Perú tiene muchos exponentes; algunos lo sirven con Papa a la Huancaína, otros con Tallarines Rojos, los hay con Mote e inclusive lo combinan con Ceviche.
Consultada Doña Nora (en su puesto del mercado Nosiglia), me contó que la selección se dio luego de evaluar a más de 500 participantes, quedando ella entre diez finalistas de los cuales fue la ganadora. Sin embargo este humilde paladar, sigue prefiriendo la Chanfainita de Doña Ceci (Lince) y de Pale (Surco).
Un plato debe tener sabor y redondez que se disfruta en el paladar, este plato resulto soso, plano y falto de sazón, quizá se durmió en sus laureles, quizá los otros participantes no estaban a la altura de las circunstancias y se premio al menos malo. En todo lugar se cuecen habas.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Pasión por el Mar ¡¡¡



Segundo Muelle es el sueño hecho realidad de Daniel Manrique, donde explora su memoria gustativa que lo remonta a la playa de San Bartolo, donde montado sobre una tabla hawaiana y zambullido en la bravura del mar, ataba en la cámara de un camión, una red artesanal y con sus amigos, extraía lo mejor de nuestro litoral, ahí donde los pescadores no llegaban por temor a los bríos del Pacífico, ahí estaba el a sus escasos 16 años retando a la naturaleza. Las chitas y cojinovas que obtenían, se vendían a buen precio, otro tanto servía para dar rienda suelta a sus habilidades culinarias, las cuales eran innatas; este preparaba ceviches, sudados, pescados fritos o al horno, que compartía con sus compañeros de aventuras. A sus 28 años emprendió en sociedad un modesto negocio de ceviches en el Ovalo Quiñones, con tan solo cuatro mesas y una barra, tenía ya predestinado nuevos retos; se aventuró al negocio propio y nació Segundo Muelle como el corolario del sueño hecho realidad, empezó su propio restaurante fungiendo de Cocinero, Anfitrión, Mozo y Proveedor; la sazón la heredó de su madre y tías, es sin dudarlo un Autodidacta de Polendas.
La carta de Segundo Muelle tiene como característica la fusión oriental, producto de la influencia paternal, que lo incitaba a degustar en su niñez, comida de un chifa ubicado en las inmediaciones de la Residencial San Felipe. Hoy por hoy, la carta es mucho mas amplia y exquisita que en sus inicios. Tiene también propuestas con estilo japonés y sobre todo un común denominador “Sazón Peruana”; la explosión de sensaciones, sabores y sentimientos es característica de cada una de sus especialidades. Su filosofía de trabajo es: “Cuando alguien hace algo con pasión, nada es imposible”.
Para dar inicio y rienda suelta a nuestras pasiones gastronómicas, no debemos perdernos la selección de shots de “Leche de Tigre”, este mix nos invita a degustar pequeñas raciones de “Leche de Pantera”, “Leche de Tigre al Natural”, Leche de Tigre al Ají Amarillo y “Leche de Tigre al Rocoto”, acompañados con canchita y chifles.
Resulta imperdible el “Ceviche Carretillero” el cual está preparado en base de pescado y mariscos propios de la estación (respetando las vedas), acompañado de camote morado, cancha, chifles y calamares crocantes, servido en plato hondo y muy jugoso por lo que es recomendable cucharear hasta la última gota.
Es inadmisible para un paladar sofisticado no probar el “Tiradito Nikkei de Atún”, este es presentado en finas láminas y bañado con un aliño oriental en base a limón, ají limo y culantro, simplemente “Espectacular”.
Un final de fiesta constituyen los dulces que son la delicia de grandes y chicos. Los postres de antaño son un deleite para el paladar: Ranfañote, Arroz con Leche, Mazamorra Morada y Arroz Zambito, son presentados como “Broche de Oro” ante una magna mesa, digna de los mejores paladares.
Como el paladar es indistinto y exigente, la carta de Segundo Muelle está plagada de novedades: Causas en sus distintas presentaciones, Risotto con Lomo Saltado, Tacu Tacu Norteño con Seco de Langostinos, Chicharrón de Chita, Tacu Tacu con Picante de Mariscos y un largo etcétera. No queda mas, sino visitar sus instalaciones en donde la atención se caracteriza por su calidez y eficiencia, en un ambiente informal, con una decoración propia del contexto de este magnifico restaurante.
Siempre es recomendable un aperitivo para incitar al paladar y dejar fluir la conversación, no debemos dejar pasar la oportunidad de maridar con nuestro afamado Pisco Sour la selección de platillos que saciará el alma, el estomago y el corazón. Buen Provecho ¡¡¡

martes, 16 de agosto de 2011

Levanta Muertos Tradicional ¡¡¡

Desde 1940 existe en Lima, un huarique dedicado a difundir una suculenta y reparadora sopa, que de haberla probado Mafalda, de seguro sería una de sus preferidas. En Invierno calienta el abrumado cuerpo y en verano mitiga el cansancio producto de la deshidratación. Lleva como principales ingrediente: rachi,  frijolito chino y arroz; el complemento son las yuquitas fritas como corolario de tan suculento platillo.